miércoles, 4 de marzo de 2015

Refinanciando las Deudas

Hay momentos en que una persona tiene tal cantidad de deudas, por lo general no garantizadas, como provenientes del uso de tarjetas de crédito, ya que la falta de pago o el efectuar pagos mínimos mensuales, hace que la suma de intereses y cargos hagan crecer la deuda de una manera que se sale de control. Si el endeudamiento crece y se debe afrontar con ingresos fijos, hacen imposible aumentar en la mayoría de los casos el nivel de pagos cancelatorios.

Se agrava muchas veces por el alza en la tasa de intereses, que es fiel reflejo del nivel de riesgo que enfrenta un acreedor.

Una posibilidad, cuando se trata de una deuda de tarjeta fuera del alcance de repago del consumidor, es hablar con la entidad emisora a fin de lograr la cancelación de la deuda en una cantidad de pagos mensuales que hagan posible financieramente afrontarlos. Puede contar con la ventaja, que el acreedor entienda, al haber un contacto directo, que existe una fuerte voluntad de pago, por lo que pueden negociarse tasas relativamente razonables, y la quita de cargos efectuados. De todos modos, refinanciar deudas con el mismo acreedor suele ser muy costosas, ya que no poder probar causas extraordinarias generará en la mayoría de los casos un costo alto.

Cuando se trata de varias deudas, otra opción es lograr un crédito sin garantía hipotecaria, con un plazo que genere cuotas al alcance del deudor a fin de cancelar las demás deudas y quedarse con una sola. Esto muchas veces se torna difícil, ya que quien deba otorgar el crédito, verificará el nivel de endeudamiento y eso puede dar como resultado un préstamo muy caro o directamente la denegación.

Por lo general, si se tiene una propiedad, se puede solicitar un préstamo hipotecario, ya que siendo la propiedad la garantía del préstamo hará más fácil conseguirlo. Este tipo de préstamos cuenta con tasas de interés mucho más baja, reflejo de la garantía ofrecida. Por otra parte, suelen ser créditos muy extensos en el tiempo, 20 a 35 años, lo que dará como resultado una cuota muchísimo más baja que la suma de los pagos mínimos de las deudas originales, con la diferencia que se estará con una sola obligación, y el beneficio de haber eliminado las restantes deudas.

Como en toda situación en que se necesite la opinión de un profesional de finanzas, lo aconsejable es recurrir a una Agencia reconocida de Consejería de Crédito sin fin fines de lucro que podrá darle la solución ajustada a cada caso particular.